4/4/09

El circo de los horrores.

No hay nada como darse una vuelta por los "garitos de moda" de Valencia para apreciar el calor del hogar acompañado de una buena película, el encanto de un pequeño concierto en un bar de mala merte o, incluso, el placer que produce tirarse a un rallador de queso, por la parte que ralla grueso.

No recordaba todo aquello y, esta vez, lo vi desde otro punto de vista. Me dió la impresión de estar en un circo de los años treinta, uno de esos en los que las atracciones eran seres humanos con deformidades terribles, los llamados "freaks". La diferencia, en este caso, es que las deformidades habían sido decididas a conciencia por los propios monstruitos. No faltaba detalle, hasta en la puerta había un gancho, una especie de imitador de Cantizano (a escala 10:1) que invitava a entrar a la gente ofreciendo chupitos de resaca gratis. Particularmente, habría preferido encontrarme con un orador como los de antes, esos cuya escucha ya suponía en si misma un espectáculo. Algo parecido a esto: "¡Pasen y vean! Glandulas mamarias de volúmenes faraónicos , hombres que vendieron su estabilidad hormonal a satán por puñado de músculos, barras de chopped que hacen las veces de labios, una orgía de tintes platino !!"

Una vez dentro, no había lugar para la sorpresa, complejas composiciones musicales de increible monotonía rítmica que hipnotizaba a las caricaturas de la sexualidad en bailes tribales, sin demasiada emoción ni sentimiento, para no dañar su "cuidada imagen". Las técnicas de cortejo eran increiblemte complejas, obviaban la conversación verbal y pasaban a comunicarse mediante un sistema de gestos pélvicos que sacarían los colores hasta al mismísmo Chayanne. Un derroche de romanticismo.

Duré dos cigarros, pensé en quemar el local, para hacer un favor a las generaciones futuras, pero tanta silicona ardiendo habría supuesto unas emisiones de CO2 inasumibles para mi conciencia.

3 comentarios:

Josep dijo...

La carn és feble, i amb silicona encara més.

Mmm... quina dona la de la foto...

Chet Casey dijo...

Té vosté tota la raó, però n'hi ha un parell temes importants en tot açó: el bon gust i la proporció. Açí a Valencia premiem la quantitat, més encara que la qualitat.

Modgi dijo...

Quina classe, Haller. És vostè un dandy sense concodrilo.