26/10/08

"Chillaba como cuando una rata cae en un cepo"


Libertad, la chica que muestra la imagen, es una víctima del síndrome de Prader-Willi que, además ha tenido que soportar un reportaje de Pedro Simón, un periodista que escribe la sección "los enfermos invisibles" en "el mundo". La enfermedad que padece, le impide tener sensción de saciedad y ello le conduce a desórdenes alimenticios severos. Como se ve, es un caso delicado y digno de ser tratado con seriedad, pero nuestro genio del verbo castellano "Pedro Simón" ha desarrollado el tema de una manera mucho más respetuosa. Paso a comentar las perlas que nos ha dejado:

- "Su país se llama apetito. Ella es la vida insaciable". Bueno, Pedro, por si acaso nadie de tu redacción se ha atrevido a decírtelo, trabajas en un periódico, haciendo reportajes, los cuales no necesitan ser decorados con tu maravilloso ingenio. Igual eres una de esas personas que vive atrapada en una película americana, y necesitas frases grandilocuentes a cada segundo de tu vida. Pues bien, aqui van un par en tu honor: " Su país se llama metáfora. Él es el decorador de las tragedias".

-"...en la cena, le pusieron una caja de galletas de casi un kilo". Bueno, pese a que esto sea una muestra de gran apetito, no me parece concluyente. Conozco a gente que, habiendo cenado, se ha comido dos kebabs y el tercero no lo han pedido por vergüenza o que se han comido 14 torrijas sin inmutarse. Y a la mañana siguiente han comido ha su ritmo habitual. Además, todo el mundo sabe que, los surtidos de galletas no pueden ser tratados como cualquier otro alimento. Los surtidos despiertan la parte de la gula ligada a la curiosidad. Te puedes haber comido todas la galletas de limón y las que llevan la mermelada roja en el centro (mentira, porque siempre se quedan en la caja), pero aún no has probado los tubitos de chocolate, las oreo ni las que son mucho peor: las que van envueltas que, por ello, introducen un factor sorpresa y de calidad de conservación al que nadie puede resistirse. Si de verdad quiere sorprender, diga que la niña se cascó un kilo de panceta en bocadillo, un kilo de ensaladilla rusa (pesadilla de mahonesa), un kilo de morteruelo o un kilo de potaje. Eso sí tendría un sorprendente mérito.

- Por si esto fuera poco, la madre relata sin censura del reportero: "Chillaba como cuando una rata cae en un cepo", refiriéndose a los momentos en los que "pitu" pedía comida. ¿como? ¿Perdone? igual es que estoy recién levantado... Pero... ¿acaba de comparar a su hija con una rata atrapada en un cepo? Su hija padece una enfermedad de las denominadas raras, pero ¿una rata atrapada en un cepo? No sé, igual soy un poco meticuloso, pero se me ocurren comparaciones menos ofensivas como: "Chillaba como un pobre y hambriento cabritillo reclamando el pecho materno" o "la angustia de su apetito continuo le conducía a estados de enjenación" (esta última en plan más científico). O puestos a ser mordaces y libertinos escritores, defensores de la libertad de expresion propondría: " Chillaba como un gorrino siendo degollado".

- "se estaba comiendo el pienso del perro" hecho con el que respalda la desesperada búsqueda de comida de la pobre libertad, ya que sus padres instalaron una alarma en la cocina, para vigilar sus paseos nocturnos a ésta. Señor Simón, todos, incluso usted, tenemos nuestras miserias. Conozco a gente que ha meado en la papelera en lugar de en el baño, por estar medio dormidos. Conozco a gente que se ha comido cigarros encendidos, gente que se ha orinado encima e incluso gente que ha comenzado a sufrir una gastrointeritis en mitad del coito. Si le preguntara a todas estas personas si quieren que estos hechos se hagan públicos, seguro que me dirían que no. Y el motivo se halla en que la mayoría de estos actos se realizaron en estados de enajenación alcoholica y no se pueden defender desde la sobriedad diaria. Nuestra protagonista sufre un transtorno mental continuo, pero ello no es motivo para exponer estas "anécdotas". Si no pregúntele a su jefe, Pedro J. ramirez. Él si que tiene una anécdota graciosa que además está grabada en video.

Para escépticos, adjunto link:

"Vivir con pirañas en el estómago"

8 comentarios:

Lehrter dijo...

Javi, para mi en el principio tambien hay otra joya: "y el verbo saciarse no acertaba a conjugarlo la niña en primera persona."

jose i dijo...

muuuuuuy bizarro

y se llama Libertad, no tiene desperdicio el reportaje

Anónimo dijo...

El pavo va a saco. Me jode que la pobre libertad no pueda defenderse del reportaje. A lo mejor su madre utiliza expresiones cariñosas, que escritas y leidas suenan muuuuy mal, pero el peiodista hace un supuesto trabajo neutro "transcribe". No señor, hay que tener un poco más de clase.

Guillermo dijo...

Si solo hubieran sido 14 torrijas, vaya tio, ese también es insaciable :D

Chet Casey dijo...

Pere, tienes razón. Aún se podían sacar más, pero era domingo por la mañana y.... la resaca.... digamos que no quise ensañarme

M@Nu dijo...

OLE OLE Y OLE, hacia tiempo que no me reia asi, sublime. :D

Chet Casey dijo...

Gracias m@nu.No sabes lo que me alegra leer tu comentario.

Unknown dijo...

Fíjate, esta mañana, debido a que trabajo con personas que padecen el síndrome de Prader Willi, buscando documentación por la red, me encontré con tus....ruidosas palabras vacías. Es increíble que puedas o mejor dicho, podais tratar un tema así con una verborrea tan cargada de sorna. Está claro que no comprendes nada, está claro que no eres capaz de encontrar lo que se busca transmitir, pero ¿Qué se puede esperar cuando no hay fondo?. Entresacar frases de un artículo y hacer mofa de ello, no es nuevo en estos lares, es lo que emplean quienes no tienen nada que decir realmente y utilizan el esfuerzo y el dolor de otros/as para bromear y hacerse el graciosillo. Por cierto en el reportaje también había frases hermosísimas que su madre le dedicaba a Libertad, y mira, no has destacado ninguna, que casualidad. ¿Realmente te crees con más sensibilidad que una madre destrozada por la enfermedad de su hija para opinar? ¿no ves que con frases como la que tú señalas del cepo, esa mujer tan solo quiere transmitir el daño y la desesperación que le generaba el escuchar a su bebé recien nacido? ¿Quién te crees que eres para juzgar con tanta saña a una persona capaz de sobrellevar una carga tan terrible que ni tú ni yo seguramente soportaríamos?. Debes ser más prudente en tu blog, obviamente no por su trascendencia social, que ya se ve la que es, sino porque lo primero que hace un padre o una madre cuando a su hijo/a le diagnostican una enfermedad que no conocen es intentar informarse por todos los medios de que disponen, imagínate si dan con tus desafortunadas palabras. Estas son personas que padecen un serio problema (diagnosticado con precisas y complejas pruebas médicas, obviamente lo de las galletas era sólo un señal que es lo único que las familias tienen en sus casas antes de acudir al entramado sanitario). Está muy bien también eso de no leer este o ese periódico para no salirse del rebaño, ser moderno y caer en la crítica fácil, pero yo que soy una mujer de izquierdas profundamente convencida, y no de los/as que se compran camisetas del Ché, tengo que decirte que gracias a este tipo de reportajes salen a la luz temas que no se visibilizan de otra forma, porque a los/as políticos/as les es indiferente. Tras esta publicación ni te imaginas la cantidad de personas que se han puesto en contacto con asociaciones y medios relacionados con el síndrome, son realidades que requieren de menos cachondeo y más arrimar el hombro para mejorar y encontrar su espacio en este complicado galimatías que es la vida. Puedo prometerte que jamás he contestado así a alguien que no conozco, intento, al contrario que tú por lo que veo, informarme antes de hablar, pero encontrar tus comentarios me ha resultado ofensivo a unos niveles increíbles, podría decirte “crece”, pero lo tuyo no es inmadurez, que tiene cierto encanto, es falta de solidaridad y de principios y claro, con defensores como tú de la libertad en toda y cada una de sus acepciones, incluida como nombre propio, pues así va el mundo...de pena tío.