Basura, trepa, impertinente, quiero y no puedo... son muchos de los conceptos que me vienen a la cabeza cada vez que le veo abrir la boca a Manel Fuentes. Podría pasarme horas con esta lista de improperios merecidos, pero no es a lo que iba.
El caso es que, algún genio ha tenido la magnífica idea de devolvernos a este maestro de la naturalidad a las ondas hertzianas, en un programa que mezcla la estructura del programa de AR con un callejeros sensacionalista barato, pretencioso y al más moderniki estilo cuatro. Reciclaje de formatos y títeres. Espero que la audiencia haga justicia, aunque como siempre, sea demasiado esperar.
Por otro lado, me imagino a Berto Romero en casa, mordiéndose el puño y golpeándose la sien con la mano sobrante, lamentándose de la oportunidad que desperdició emborrachado de sí mismo. Es una franja horaria difícil, lo sé, y más teniendo aída a un golpe de mando, pero si no puedes con tu enemigo, únete a él y programa series.
